viernes, 10 de mayo de 2013

¿Sabéis lo que os digo?





"Debes saber que llevo grabada una advertencia invisible: nada de compromiso. Nunca me casaré. A pesar de mis esfuerzos empiezo a notar algunas grietas en mi capa exterior. Cuando reviso mi insignificante vida, y todas aquellas mujeres que he conocido, no puedo evitar pensar en todo lo que han hecho por mí y en lo poco que he hecho yo por ellas; en cómo cuidaron de mí, se preocuparon por mí, y yo les correspondí no devolviéndoles nunca el favor. Sí, creía que era el que sacaba mayor beneficio. Y...¿Qué tengo? En serio.. Unas monedas en el bolsillo, algunos trajes caros, un coche elegante a mi disposición...y estoy soltero. Sí, sin ataduras, libre como un pájaro...No dependo de nadie, y nadie depende de mí. Mi vida es sólo mía, pero no tengo la conciencia tranquila, y si no tienes eso, no tienes nada. Así que no puedo dejar de preguntarme cuál es la respuesta: ¿Qué sentido tiene todo?...¿Sabéis lo que digo?"



Esta escena de la película Alfie es una de mis favoritas, ya no por Jude Law, sino por el significado. 
La cinta se centra en el homónimo Alfie Elkins, un joven que trabaja como chofer de limusinas en Nueva York, para costear su simple estilo de vida: las mujeres. Con una confianza que bordea en intolerable arrogancia, Alfie dedica su existencia a buscar conquistas amorosas de toda índole, siempre y cuando no impliquen un compromiso más serio. Pero con el paso del tiempo sus experiencias se están tornando amargas, y Alfie deberá decidir si puede continuar su casual estilo de vida, o si le conviene más "sentar cabeza" y perseguir una relación seria, de larga duración... pero, ¿será lo bastante maduro para tomar esa decisión?

En 1966 se realizó la primera adaptación a cine del drama teatral Alfie, escrito por Bill Naughton. Entonces, Michael Caine encarnó al vividor joven, y las consecuencias de su inapropiada promiscuidad eran bastante escandalosas para la época. Para esta adaptación moderna de la misma historia, el director pudo haber tomado un morboso camino, elevando las consecuencias de la disipada vida del joven... pero curiosamente ha elegido algo un poco diferente. En vez de dominar mujeres genéricas y sumisas (como en 1966), el Alfie moderno se encuentra con mujeres liberadas, independientes, pero no exentas de disfunciones emocionales que harán la vida difícil para la pareja... aunque sea la pareja de la semana.

Tal vez no sea un “final feliz” en el sentido convencional, pero el mensaje es el mismo.





Me gusta Alfie, por un lado, por su mensaje, por otro lado su irritante (y adorable) personaje central. El estilo visual de la cinta contribuyen a hacerla interesante, además de que indudablemente hay muy buenos rasgos de humor y subversión cultural. 
Igual que el mismo Alfie.

A fin de cuentas, todos hemos llegado a ese punto en la vida, el de sentar la cabeza...
Y yo ya la he sentado y tengo mi propio Alfie. :)

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