Entusiasta, trabajadora, intuitiva, insistente y soñadora.
¿En qué te inspiras?
En mis vivencias.
¿Tienes una niña bonita entre tus trabajos?
Sí, normalmente en los últimos.
¿B/N o color? ¿Analógico o digital?
Color, siempre. Y analógico.
¿Te consideras una diseñadora de objetos, de productos, o de sentimientos y de almas?
De las tres cosas mezcladas entre sí.
¿De qué profesionales has aprendido? ¿Cuáles han sido tus grandes maestros?
Mi padre, sobretodo. Mariscal y Isamu Noguchi.
Para ser diseñador, ¿se aprende o se nace con ese don?
Es la unión de las dos cosas, pero sin nacer con ello es imposible seguir creciendo.
¿Qué sueños o proyectos te faltan por hacer?
Diseñar una colección producida e inspirada en la artesanía Latinoamericana.
Y por último... ¿Qué ves por tu ventana?
Procuro tener muchas ventanas desde las que se ve tanto la ciudad, el campo o el mar.
Nani Marquina. 1952, Barcelona. La primera mujer que consigue, en el año 2005, el Premio Nacional de Diseño. Marquina está a la cabeza de una de las empresas de diseño españolas más internacionales, con diseños muy celebres y admirados. Piezas que son pura innovación, con detalles tridimensionales, confeccionadas con cámaras de bicicleta recicladas, alfombras voladoras y asimétricas. Nani exporta sus diseños alrededor de todo el mundo, cuenta con oficina en Nueva York, tiene alfombras expuestas en el MoMA y el honor de tapizar las paredes de la sala de los derechos humanos de la ONU en Ginebra. Una mujer creativa, admirable, emprendedora y concienciada con el medio ambiente.
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