Llevo tiempo con una maleta a medio hacer. Una maleta en la cuál meto ilusiones, deseos, anhelos y emociones.
La gente usa la maleta para viajar, para moverse de un lado a otro.
Es como un contenedor de pertenencias, sólo eso.
Algunas son de colores. A otras sus dueños les pegan pegatinas de los destinos visitados.
Unas son de piel, otras de plástico. Hay duras y blandas.
Hay quién las usa de decoración. Para libros, como macetas, como adornos, e incluso para sus perros.
Otras contienen escenas, paisajes, ciudades, montañas de arena...
Maletas que son proyectos o memorias portátiles.
Maletas casa, maletas llenas de vida.
Para mí, mi maleta es algo más. Mucho más.
Es un sueño.
Y por eso sólo quiero cerrarla, y salir corriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario