miércoles, 20 de marzo de 2013

Conversando con... Rafa Guillem.



¿Recuerdas tu primer proyecto?
Un pimball con mis amigos a los 12 años. Recuerdo que para clase de tecnología nos pidieron un pequeño trabajo con lo que habíamos aprendido en el curso.
Por esa época, los amigos pasábamos gran parte de nuestro fines de semana en los recreativos. De repente, viendo como mi amigo Pigüi jugaba una partida dije.. ¡Ya está! ¡Un pimball! ¿Cómo que un pimball? ¡Siiiii, con luces y todo, uno de verdad!. La respuesta estaba clara ¡Tú estás loco! 
Y nos pasamos semanas construyéndolo: haciendo los planos, cortando maderas, diseñando mecanismos y el sistema eléctrico. Y por supuesto, hasta los dibujos del panel frontal que siempre eran tan llamativos. Involucré a todos mis amigos, fue una experiencia fantástica. Creo que es una constante en mis proyectos, todos parten de pequeñas locuras.

Descríbete en 5 palabras.
Afortunado, soñador, apasionado, optimista y un poco loco.

¿En qué te inspiras?
Ufff... no hay nada concreto en lo que me inspire, todo y nada me inspira. Creo que me inspira la pasión, el convertir una pequeña locura en realidad. Pero siempre desde el conocimiento y aprendizaje. Me inspira el conocer como funcionan las cosas.


¿Tienes una niña bonita entre tus diseños?
Sí, tengo una niña bonita, pero no entre mis trabajos, sino a mi lado que es más importante e inspirador, jejejeje. Bueno, bromas aparte, cada uno de mis trabajos que he hecho lo siento como especial, no hay ninguno que sobresalga, y siempre más tarde, suelen volver a mi. Es lo bueno de dedicarte a lo que haces con pasión, que cada uno de ellos es un trocito de ti.

¿Recta o curva, lápiz o ratón?
No soy ni de recta ni de curva, creo que cada proyecto tiene una formalización, últimamente me siento muy cómodo en los espacios más clásicos. Los espacios del edificio del Museo del Prado, de Juan de Villanueva me resultan muy cómodos. Pero por una cosa o por otra, acabo diseñando siempre curvas.
Diría que ratón, por mi facilidad para las tecnologías, y menos habilidad para el dibujo, pero me encanta el lápiz y dibujar a mano con calma y cuando puedo.

¿Te consideras un arquitecto de ciudades, de edificios, o de sentimientos y de almas?
En toda la entrevista he hecho muy poca alusión a la arquitectura como la entiende la gente como tal. Pero la escala del proyecto me da un poco igual, sí que es verdad que soy un arquitecto más de sensaciones y espacios sensitivos. La ciudad me resulta un mundo muy complejo como para ser diseñado por una persona, y creo que la hacemos cada uno de nosotros con su pequeño granito.



¿De qué profesionales has aprendido? ¿Cuáles son tus grandes maestros?
Pues aunque parezca mentira, creo que mis grandes maestros han sido personas cercanas a mí. Joaquín Alvado, Miguel Mesa, Juan Antonio Sánchez Morales (Pencho), me han transmitido esa pasión por un modo de hacer y pensar sobre las cosas.
Luego ya mis personas cercanas me aportan muchísimo, creo que hay personas anónimas de las que aprender. Mis padres, la persona que amo, o el desconocido sentado dos mesas más allá.
Ya personajes que no he conocido, la filosofía de Françoise Roche, y su etapa inicial, en como miraba las cosas siempre, me ha apasionado. Y por supuesto, la poesía gráfica de John Hejduk, y mi gran referencia, Enric Miralles. Creo que esa es mi gran referencia.

Para ser arquitecto, ¿se aprende o se nace con ese don?
Pienso que hay personas que tienen más facilidad que otras para cualquier cosa. Pero creo que todo está con la pasión con la que lo vivas. Hay gente que estudia la carrera de arquitectura y nunca es arquitecta, y otros que por el contrario, nunca la han estudiado y son maravillosos arquitectos, por lo menos en el modo de trabajo.





































¿Qué sueños o proyectos te faltan por hacer?
Me faltan todos por hacer. Soy muy joven y estoy empezando. Ahora es una etapa en la que me esto redefiniendo, aunque quizás esté realizando el proyecto más importante de mi carrera, con los arquitectos más prestigiosos a nivel mundial. Pero sí que tengo el anhelo de llegar a a tener un espacio donde crear, no sé si se llama despacho, o es un taller, porque iría muy ligado con el diseño, con el hacer.

Y por último... ¿Qué ves por tu ventana?
Veo la luna y las estrellas, pájaros piar, el verde las hojas, las gotas de lluvia resbalar, siento el vaho de la persona que me acompaña, veo sonrisas, gente pasar, niños jugando con la pelota, un gato caminando con cuidado por el tejado. 
Veo el sol reflejado en una ventana y las nubes surcando el cielo con formas de barco, avión, de barra de pan o copa. Veo los diferentes colores del cielo conforme va cambiando el día. Veo esas pequeñas cositas que forman mi mundo.

Rafa Guillem LLinares, 1982. Castalla, Alicante. Arquitecto por la Universidad de Alicante en enero de 2012. Su PFC se tituló "El Paisaje Latente", por el cuál recibió Matrícula de Honor. Profesor honorífico en la Universidad de Alicante. Partícipe en diversos workshops, concursos de ambito nacional e internacional, con numerosos premios, y con una experiencia laboral amplia en diferentes ámbitos y con grandes profesionales. Rafa es soñador, trabajador, con mucha imaginación y pasión, un joven arquitecto que le da a sus proyectos un mundo de fantasía sin descuidar la técnica ni la materialidad. Actualmente reside en Madrid, trabajando en un prestigioso estudio de arquitectura.

Más información: www.diezdeabril.com.

La cámara adora (y requeteadora) Rafa Guillem Llinares.

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