Es una suerte que sea zurda.
Sí, porque la mano o el brazo derecho suele ser el empleado para muchas cosas, dejándote "manco" por momentos, por períodos cortos en tu vida.
Mientras algunos pasan páginas con la izquierda, o intentan escribir mensajes con su móvil, otros dan golpecitos con los dedos sobre la mesa.
Hay quienes beben, otros comen, o simplemente apoyan la cabeza sobre su mano izquierda.
Lo importante es que el tiempo pase rápido.
Mientras tanto yo, al ser mi mano torpe la derecha, paso el tiempo con un boli y un papel.
Rayo, rayo y rayo.
Hago trazos finos, líneas sin sentido aparente, convirtiendo la hoja en un pequeño dibujo, que una vez terminado, 3 o 4 horas después, me siento muy orgullosa de él.
Hay quienes hacen garabatos mientras hablan por teléfono, otros en las servilletas de papel de los bares.
Yo no, yo tengo mi hoja de papel blanco, con mi boli, mis rayas, mis historias... y mi mano izquierda.
La cámara adora la (mi) mano izquierda.
i.m.E.C.T.
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