miércoles, 24 de noviembre de 2010

Arte felino


Hoy tenía ganas de arte... si, de indagar un poquito y analizar alguna que otra obra, que por alguna extraña razón me atraiga, fascine y haga sentir un poco de curiosidad, y claro, cuando me he puesto a pensar tenía mil en mente, y como mil no podían ser y tenía que acotar por algún lado... pues me he decidido por obras que me gusten donde salgan... ¡GATOS!
Sí, se que suena un poco a locura, pero últimamente me gustan las locuras...

Un pequeño homenaje a esos felinos dentro de la pintura, pasando por distintas épocas, movimientos y pintores.






Henri Rousseau - Retrato de mi mujer.

Rousseau pintó a su mujer, en un impresionante retrato a escala natural, pero intentó darle un toque hogareño, cálido y juguetón, con el pequeño gato que aparece en la parte inferior derecha de la obra. Me gusta la delicadeza de las flores contrastada con el vestido negro y el diminuto gato con su ovillo de lana.


Ernst Ludwing Kirchner - El baño de sol.
         Una de mis obras favoritas, tengo que admitirlo, me cautiva cada uno de sus colores,
         de sus pinceladas y de sus trazos.
Muchas obras de Kirchner son perturbadoras, pero esta expresionista y colorida imagen de una mujer tomando el sol con un gato es vigorosa y positiva.
Tal vez me guste porque tiene cierta semejanza con Kandinsky, pero me resulta muy accesible a la hora de observar, muy pura, al mismo tiempo que detallista, y la silueta del gato negro atrae toda mi atención, siendo la pieza central y canalizadora de toda la obra.



John Frederick Lewis - Interior de una escuela en El Cairo.

El gato dormita ante los niños mientras estos escuchan con atención al maestro. Tal vez el felino es un elemento auxiliar de la clase, juntos a las palomas y los pichones...
Lewis vivió en El Cairo muchos años, pintando obras que constituyen un fiel testimonio del estilo de vida de la ciudad en aquella época. En el siglo XIX los egipcios, aunque no llegaban a endiosar a los gatos, llegaban a adoptar una actitud muy benévola ante estos animales, y es lo que quiere reflejar el autor en esta obra, dándole al animal un primer plano.
Si tenéis ocasión de contemplar alguna vez este cuadro de cerca, veréis como se puede palpar el ambiente, es impresionante.




Jean-Baptiste Oudry - El mono y el gato.

Esta pintura se basa en la fábula de La Fontaine, con el mismo título, que muestra como el juego puede ser un ejercicio de manipulación. El mono elogia efusivamente al gato por su habilidad para "sacar las castañas del fuego". Al final, el astuto simio se come todas las castañas y el gato sale con las patas chamuscadas y el estomago vacío.
Una obra oscura en cierto modo, pero a la vez, realista.




Paul Gauguin - Café nocturno en Arles.
Este cuadro refleja una imagen cotidiana de un café del sur de Francia. El pintor refleja la serenidad en la cara de la mujer, pero yo, me adentro mas y creo que no es una mera coincidencia, el hecho de que el gato blanco y negro sentado bajo el billar (si, es pequeño, pero si os fijáis se ve muy bien) refleje los colores del vestido de la dama. Obviamente, los une alguna connivencia.




El Bosco - El jardín de las delicias. 
En una de las obras más extraordinarias de la historia del arte, El Bosco representa la figura del gato mientras se escapa con una rata, llevándosela como su trofeo.
La escena se desarrolla en el paraíso antes de la caída, mientras Cristo presenta Eva a Adán, los animales que hasta entonces vivían en armonía comienzan a mostrar rasgos salvajes, como el gato con su inconfundible presa.
Este es un detalle del cuadro, la pieza entera es magnífica.




Pablo Picasso - Mujer desnuda con gato. 
Aunque los principios de la anatomía reales están alejados de esta extraordinaria imagen de una mujer y su gato, ella encierra todos los elementos esenciales, sus volúmenes, sus curvas, sus rasgos, pero yo me vuelvo a fijar en la influyente imagen del felino, jugueteando con una pluma sobre el cuerpo desnudo, y la cara de felicidad de la mujer, siendo una imagen tierna a la vez que con un punto de erotismo en grises.


Odilon Redon - Bazon

Siendo un pintor simbolista, Redon transmite de forma cálida y afectuosa en este retrato de su gato durmiendo un estilo más estricto y conciso, con grandes masas de color naranja, uno de sus preferidos, y trazos simples y efectivos, dejando la cromática como protagonista.
Una gran obra que pese a su aparente simplicidad, la esencia del gato, su fuerza y su beligerancia, evidencia que su sueño no es profundo y esta alerta con recelo a todo lo que se aproxima.

Esta ha sido mi entrada de hoy. Un poco de cultura nunca viene mal. ;)

La cámara adora a los gatos y el arte.

    2 comentarios:

    1. Cada dia me sorprendes más, de verdad!! Buah!! Tienes una cultura increíble!!! Al alcance de muy pocos.

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    2. No se trata de sorprender, se trata de transmitir y aprender... Muacks!

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